Aunque originalmente jugaban solo mozas, era muy típico en los bailes que se celebraban en los pueblos al atardecer, así que los mozos también solían participar.
Se cantaban canciones folclóricas que indicaban el desarrollo del baile, formando un corro entre todos.
“El baile de la Carraquina
es un baile muy disimulado
hincando la rodilla en tierra
todo el mundo se queda parado.
Da la vuelta, la vuelta a Madrid,
que este baile no se baila así,
que se baila de espalda y
menea, menea esa falda
y menea, menea ese pie
y a la vuelta se da un puntapié.
En mi tierra no se usa eso
que se usa un abrazo y un beso.”
Cuando la canción terminaba buscabas a alguien para abrazar y no quedarte solo. Debían de ser impares porque el que se quedaba solo se situaba dentro del corro y cantaba la canción para intentar encontrar pareja la próxima vez.