La gaita y el tamboril se empleaban en cualquier celebración y baile, también para acompañar. Así podía escucharse música que amenizaba casi cualquier acto festivo público o privado, religioso o laico. Algunos de los más destacados momentos en los que suena nuestra música tradicional son:
En las procesiones de los días grandes de fiesta:
En las bodas para ir a buscar a los novios, acompañarlos a la iglesia, hacer la talanquera a la salida y celebrar el baile de boda.
En las rondas a las mozas. Y sobre todo en el baile de todos los domingos (excepto los de Cuaresma) a últimas horas de la tarde, que reunía a los mozos de Figueruela y de pueblos limítrofes. |